5.5 Aspectos medioambientales
Se trata de un tema enorme y complejo, que puede resumirse aquí en forma gráfica:
Las empresas agroquímicas están ahora obligadas a destinar importantes recursos a evaluar el destino medioambiental de los compuestos (y sus metabolitos). Incluso después de su registro, pueden surgir problemas medioambientales que amenacen el futuro de compuestos de éxito (por ejemplo, los neonicotinoides). El destino de un determinado tratamiento en el medio ambiente depende de sus propiedades químicas, la forma en que se ha dispersado el plaguicida y las propiedades del suelo, la escorrentía, los cursos de agua, etc.
La selección de nuevos compuestos incluye la evaluación del riesgo de contaminación de las aguas subterráneas y superficiales, lo cual implica numerosas pruebas y la elaboración de modelos informáticos. Se realizan varias pruebas estándar con organismos no diana, como aves (por ejemplo, ánades reales), peces (como la trucha arco iris), algas, pulgas de agua (Daphnia spp.), abejas y otras especies beneficiosas.
Una aplicación inadecuada puede provocar la contaminación fuera del objetivo debido a la deriva de la pulverización y a la “escorrentía” desde las plantas, que contamina el suelo. Varios estudios han demostrado que la contaminación puntual (entrada de plaguicidas en cursos de agua/aguas subterráneas tras el vertido de concentrado o después de lavar el equipo) suele causar los mayores daños, sobre todo en los cursos de agua.
Durante las sesiones de formación, debe dedicarse tiempo a considerar las actividades de protección de los cultivos en relación con la ubicación de los cursos de agua y los pozos. Por ejemplo, para proteger las fuentes de agua, es muy importante que los agricultores tengan en cuenta los flujos de residuos al lavar los pulverizadores y la gestión de los envases vacíos de plaguicidas. No se trata sólo de que los envases vacíos resulten antiestéticos: las malas prácticas pueden perjudicar a los niños, las fuentes de agua, los animales domésticos, la biodiversidad, etc.
La eliminación de envases vacíos de plaguicidas sigue siendo problemática, pero ahora se está abordando mediante las iniciativas del Fondo Mundial para el Medio Ambiente de la FAO/ OMS [1] y de CropLife International [2], que incluyen:
- (a) contenedores retornables para varios viajes y
- (b) contenedores para un solo viaje, fabricados con materiales reciclables.
No es aceptable dejar envases en el campo o quemarlos. Esta foto muestra una situación muy problemática: los envases desechados indican que la mezcla tuvo lugar cerca de una importante fuente de agua.
Los recipientes deben enjuagarse tres veces y, a continuación, los operarios deben verter el agua de enjuague en el pulverizador. Si existe algún riesgo de reutilización inadecuada, los envases deben perforarse.
Se recomienda que las comunidades cacaoteras desarrollen métodos de eliminación adecuados y seguros. Lo ideal sería organizar este proceso mediante sistemas de devolución de envases con la participación de los proveedores de plaguicidas.
